LA ULTIMA VISITA

"La carcel es atroz,desespera" así pensó don Mario."Los sitios donde nunca me gusta ir son el cementerio,el hospital y la carcel.Todo en ellos es el símbolo palpable de la decadencia del hombre,de su ruina".
Jaime,el hijo de don Mario había caído asaltando una tienda de cambio.Sus cómplices tuvieron más suerte que él.Lograron huir.Un balazo en la pìerna lo había obligado a tirar el atma y pedir a gritos (y entre lágrimas de verdad y de miedo)que se entregaba,que no dispararan contra él.Los policías fueron buenos,no hicieron más disparos,quizá porque había muchos curiosos observando desde las ventanas y azoteas de sus casas.

Vidas separadas

Las vidas separadas empezaron el día que ella no quiso decir adónde se iba;ninguna excusa,ninguna dirección de destino,ni una mínima explicación cuando llegaba muy tarde con el aliento pesado de alcohol, y las ropas descompuestas.Los hijos no eran impimento para golpes de pecho y decir basta a esa misteriosa vida que la llamaba a las calles.
El hizo lo mismo,dejó los hijos al cuidado de los abuelos y también descubrió que la vida era interesante en las calles donde las explicaciones no eran importantes ni necesarias.
Los hijos aprendieron que sin los padres se desenvolvía una vida interesante y peligrosa.Sin el apoyo moral que tanto les era vital,fueron ingresando a una vida abismal,de precipicios fatales.